Un pueblo fundado
por los romanos.
La término Viso significa «vista desde un alto», y se llamó así por estar situada en un alto que permitía ver otros pueblos de la comarca de La Sagra.
El Castillo de Olmos.
El Viso empezó a adquirir importancia con el despoblamiento de la Villa de Olmos. Durante la Época Omeya (s. X – s. XI), los musulmanes construyeron aquí una fortaleza que iba a ser un enclave estratégico en el camino de invasión del Guadarrama.
A penas queda en pie una torre de unos 8 metros de altura, 11,8 m. de ancho y muros de 2,5 metros de grosor de ladrillo cocido y piedra.
Iglesia de Santa María Magdalena.
En el casco viejo de El Viso destaca la iglesia de estilo barroco construida en el siglo XVII y dedicada a Santa María Magdalena. Y a un paseo de allí, en la que ahora es la entrada al pueblo, la ermita de San Francisco con su fachada encalada.
Un pueblo para vivir.
Ya en el pasado siglo, vivió una explosión demográfica, pasando de los 575 habitantes de 1991 a los más de 4.000 actuales. Esto se aprecia en el casco urbano, con una zona antigua rodeada por diversas ampliaciones urbanas, además de las urbanizaciones diseminadas por el término municipal.